Los hangares,
los almacenes, las bodegas, las oficinas de administración,
los aviones estacionados, los simuladores de vuelo…
todos los rincones de un escenario tan aparentemente frío
y desalmado como un aeropuerto (en concreto, el de Frankfurt)
le sirven al director Veit Helmer para construir el mundo
mágico e irreal en el que se desarrolla esta fábula
social, protagonizada por varios inmigrantes extracomunitarios
que esperan ansiosos los papeles que les permitan regularizar
su situación y acceder al Shangri La (el paraíso
del título) del progreso y el bienestar.
Dentro del heterodoxo grupo de desterrados, dos sobresalen
por encima del resto, el ruso Alexej, que sueña con
ser piloto, y la india Nisha, con vocación de azafata.
Entre ambos pronto se establece una especial complicidad que
acaba desembocando en amor. Y, como el mayor deseo de Nisha
es reunirse con su pequeño hijo, que se ha quedado
en su país de origen, Alexej no dudará en poner
patas arriba el reducido microcosmos en que habitan para hacerla
feliz...
El filme, rodado en inglés, cuenta con un reparto integrado
por actores de diez nacionalidades diferentes, en el que llama
la atención la presencia de Miki Manojlovic, actor
fetiche del serbobosnio Emir Kusturica, y del veterano Udo
Kier, habitual del cine underground de Andy Warhol y Paul
Morrisey.
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