(Documental).
Ahora que el concepto de Europa como entidad acaba de recibir
un notable empujón con la ampliación de la Unión Europea,
es un magnífico momento para acompañar al director Stanislaw
Mucha en su búsqueda de algo casi tan complicado de localizar
como el Santo Grial: el centro geográfico del continente.
Con su cámara al hombro, Mucha recorre Alemania, Austria,
Polonia, Eslovaquia, Lituania y Ucrania y, ¡sorpresa!, no
sólo descubre un centro de Europa, sino que descubre muchos
centros de Europa. Porque en cada uno de estos países hay,
como mínimo, un pueblo, una ciudad o una aldea que reivindica
tan privilegiada posición. De hecho, hay monumentos o placas
conmemorativas en todos ellos y sus habitantes, cuando hablan
con Mucha, se muestran absolutamente convencidos y profundamente
orgullosos. El espectador asiste, entre la estupefacción y
la hilaridad, a un impagable desfile de personajes de diversas
nacionalidades, religiones y etnias y, al final del mismo,
sigue sin tener la más mínima idea de dónde está el dichoso
centro de Europa. Ni falta que hace, porque lo que sí consigue
-y probablemente sea ése el propósito del realizador- es confirmar
con toda certeza que el Viejo Continente es único e irrepetible
y que su crisol de pueblos y culturas es su mayor riqueza.
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